domingo, 22 de marzo de 2015

El tormentoso trabajo grupal


Por: Julliana Roldán 
pensemos por un momento en aquellos trabajos en grupo impuestos por nuestros profesores o jefes en el colegio, la Universidad o el trabajo, ¿cuántos de éstos salieron bien?, ¿cuántos compañeros incumplieron la cita para acordar los temas o subtemas que cada uno trataría o no asistieron al lugar de encuentro para estudiarlos todos juntos?, ¿cuántos no mostraron ningún interés y cuántos pusieron todo de su parte para que el trabajo saliera bien?, ¿cuántas veces pudimos escoger los compañeros con los que queríamos trabajar y cuantas veces nos los impusieron?. Comúnmente podemos responder a todas estas preguntas, porque en algún momento de la vida hemos tenido que asumir la responsabilidad de trabajar con otros.

Gran parte de estos inconvenientes ocurren por obvias razones: no todas las personas llevan un mismo estilo de vida y por eso su tiempo disponible difiere entre unos y otros. Lograr una disponibilidad horaria que concuerde con la de todos es un asunto bastante complejo que empeora a medida que crecemos y debemos asumir más responsabilidades (trabajo, hogar o ambas cosas).

El asunto no cambia cuando la tarea debe hacerse por medio de un computador o dispositivo electrónico. El problema de fondo va a ser siempre el mismo, el tiempo; a veces también la disposición, el interés y el deseo por aportar al trabajo grupal. De ahí que, haya preferido y siga prefiriendo asumir las responsabilidades educativas de forma individual, donde el único responsable sea yo, donde no tenga la necesidad de preocuparme por el tiempo del otro, ni de su interés por el tema o de lo superfluo que puedan resultar mis aportes para el resto de compañeros y mucho menos preocuparme por los reproches que pueden salir a flote por esa misma cuestión, aún teniendo en cuenta que las intenciones de participación hayan sido las mejores. Y es bien sabido que si el trabajo resulta satisfactorio o no, la responsabilidad recaerá sobre uno mismo y reflexionar en que se ha fallado termina siendo más plausible. 

Sin embargo, es innegable que muchas cosas en la vida deben asumirse de manera conjunta; y es el invitarnos a meditar por la capacidad de organizarnos y disponernos para lograr entre varios un objetivo común, a lo que pretenden llegar esos proyectos grupales. En todo caso, como dicen por ahí: "hay personas para todo", habrá quienes prefieran trabajar en grupo; como habrá también, quienes como yo, prefieren, disfrutan y encuentran más significativo el trabajo individual.


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